Skip to main content
Registro      Iniciar





  • Alpes 2001

Sábado, 7 de julio

Por fin, el gran día. Es el momento de la verdad. Hoy, deberán despejar las dudas entorno a los misteriosos peligros que les acechan en su difícil recorrido.

¿Serán ciertas las agoreras palabras del globero-élite-pro de su tierra natal? ¿Matará la Croix de Fer al hombre? ¿Será tan imposible finalizar el recorrido como les habían dicho?

¿Serían tretas para minar la moral de los expedicionarios?

¿Acabarían en buen fin tan importante reto? ...

A las cinco de la mañana, hora terráquea, nuestros protagonistas, van levantándose, poco a poco. Yamesiento, como siempre, el primero. Luego, Lines. Ido, un poquito más tarde. Noescuesta ...  directamente, pasa y se queda en la cama. Recordemos que tiene 15 añitos y “legalmente” no puede participar en la prueba.  Sumémosle la paliza que supuso para él toda esta semana de difíciles misiones ( acostumbrado a la gravedad 0 en la Tierra ) y que el día no era “apetecible”, como luego veremos.

Uno que se cae, nada más empezar.

Los intrépidos aventureros se asoman, poco a poco, al porche sideral. Yamesiento y Lines, suspiran por un día menos caluroso que toda esta semana. En la Croix  de Fer no tendrían problemas ( la cruzarían temprano, antes de que, el astro rey, desplegara toda la intensidad de sus rayos ). Pero, la vía Galiberiana y, sobre todo, la luna D’Huez, pueden ser mortales con las temperaturas de 35 y 40º que habían sufrido los pasados días ...

( En sus mentes, aún martilleaba la narración del terráqueo Ramón Cuellas que, en ediciones anteriores, dijo tener que ascender a la luna D’Huez, de sombra en sombra; él, de la zona de Toledo, dónde casca el sol que es un primor; qué no sufrirían, entonces, los primos norteños en semejante tesitura ).

Lines cruza el umbral. Afuera está fresquito ( son las cinco y media de la mañana ). Hay nebulosas grises por toda la bóveda celeste. “Esto tiene buena pinta” medita mientras recibe una gota en el cogote; “Coño, que está lloviendo” dice iluminándosele una sonrisa de oreja a oreja.

Entra, rápidamente, a comentar la buena nueva. Al contemplar a sus colegas de aventura, inmediatamente, sabe que piensan.  A Yamesiento sólo le falta pegar botes de alegría ( tanto él, como Lines habían pedido incluso nieve para afrontar los campos gravitacionales desfavorables - adivinos, que les dicen :-) En cambio, la cara de Faco-Ido era un poema. A su dolor de espalda, había que añadir ahora lo mal que responde al frío.

Dan cuenta de un pantagruélico desayuno, sobre todo Yamesiento ( plato de cereales, cuatro rebanadas de pan con miel, tarrina de arroz con leche y brik de leche con yogur ) que despierta la admiración de Faco-Ido:

“¡Vaya manera de tragar!. Luego, decís que me paro demasiado a comer en los avituallamientos”.

Mientras, el “orbayu” inicial, se convierte en casi un aguacero.

Incrédulos, se asoman de nuevo: está lloviendo con ganas.  Yamesiento, apunta a la posibilidad de una tormenta que, luego, dejaría paso a un reluciente sol. Pero la realidad es otra: conforme se acerca la hora de partir, la lluvia se  hace más intensa.

Lines duda si emplear traje espacial completo o reducido: con el primero se sentirá bien en la partida pero, si el astro rey, ataca con fuerza durante el día, perecerá en el intento. Opta por traje reducido, con pantorrillas peludas al aire ( de algo le han de servir los filamentos pilosos ) y brazos al descubierto. Como único escudo, el anti-lluvia sideral.  Yamesiento, sigue la misma política. Ido, duda entre salir o no. Lo hace, al final, pero sumamente abrigado, con la equipación invernal.

A las 7 de la mañana, nuestros navegantes se dirigen en pedalonave al punto de partida. Los nativos los organizan por grupos, en función de la matrícula de su nave pedálica. Los 500 primeros, son globeros-pedigree, con cierta puntuación conseguida en circuitos Galiópolos. El resto, por orden de inscripción.

Varios aliens se “cuelan” de un grupo al anterior, aupando su pedalonave por encima de las vallas, para intentar ganar puestos en la partida. Bajo el intenso aguacero que sufren, Yamesiento y Lines contemplan cómo, los “finos” alien, padecen escalofríos y temblores.

Lines, por lo bajini, se está partiendo el pecho a reír: ¡¡¡toma grasa!!!

Sistema de protección “foca”; redistribución de michelines “on-line”.  Yamesiento, acostumbrado al frío ( especialmente deseoso de él en esta prueba, por “lo suyo”, podríamos decir ) también debe contener la risa para que los “enemigos” no sospechen.

7.15.- Salen los globeros-pedigree. Al resto, lo retienen en tandas.  La nuestra sale a las 7.30. El ordenador de a bordo de la pedalonave empieza la cuenta atrás. Agua a raudales, mini-lagunas bordean el trayecto. La baja temperatura, hace que la marcha se inicie a un ritmo frenético, impropio de esta prueba. En seguida, el comandante Faco-Ido se corta y desaparece del campo de visión de los primos.  Como había comentado que se retiraría en la cima de la Croix de Fer, se decidió no esperarle. La calzada está surcada por charcos de más de un palmo de profundidad, tales que, al atravesarlos terminabas aún más empapado si cabe.

Aquí, ya había pedalonautas alienígenas que se daban la vuelta. Yamesiento, algo fuera de onda, comenta a Lines la posibilidad de que hubieran sido “cazados” por los jueces “robando” la salida ( habían dorsales 4.000 cuando, seguramente, aún no habría salido la tanda que les correspondía ) La realidad era otra ... abandonaban La Marmotte.

Antes que se den cuenta, nuestros amigos están al pié de la Croix de Fer. Observan, incrédulos, como un “recumbent” les adelanta subiendo ( Olé, sus ...!!!) Se toman la primera parte del viaje con calma, para medir sus fuerzas. A Lines, le surje un contratiempo que marcaría toda su ruta: el patatómetro Polar sufre una inundación en sus circuitos y deja de suministrarle información sobre las “revoluciones” del motor de su pedalonave.

Deberá guiarse por sensaciones, por lo que decide, más aún, reservar su marcha para poder completar el reto.

Poco a poco, van cayendo los años luz. El recorrido se lo saben de memoria, por lo que no se ceban al principio como muchos de los otros participantes. Han partido más de 5.000. Al final, no llegarán ni siquiera 2.000. Los abandonos serán múltiples, tanto por la dureza del recorrido como por la climatología. De hecho, es en esta primera parte donde más aguerridos aliens desisten de completar la ruta.

“Ya llevo un anillo Naranquino”, piensa Lines, aplicando la defragmentación en anillos Naranquinos para cada subida.  Un campo gravitatorio nulo, uno favorable y a por las terribles fuerzas tractoras de la segunda mitad. Se encuentran en la zona del “subeybaja”, donde, Yamesiento, ha cogido mejor trazada y aprovecha la bajada para ganar centímetros-luz en la subida. Lines, peor posicionado, se ve sobrepasado, en un campo 12G, por un nutrido grupo de unos 30 aliens.  Fiel a su “modus operandi”, coloca el 30x26 en su pedalonave y aumenta las revoluciones a 90 p.p.m. El grupo de 30 aliens, que le sacaba 200 metros-luz, pierde su ventaja poco a poco. En breves instantes, se pone a la vera de Yamesiento, superando al grupo mencionado.

“CADAVEREEEEEEEEEEEEEES”, grita entonces Lines ( había que acojonar al personal :-) ... además, coincidió que, uno de los alien, llevaba un traje sideral con el dibujo de un esqueleto terrícola, lo que suscitó el inevitable comentario de Yamesiento: “Mira, ése ya va CADAVER”.

Estaban en pleno campo de 10 ó 12G cuando, Lines, parece descubrir la matrícula de las pedalonaves pertenecientes a los alien que, el día anterior, les habían preguntado acerca de quitarse los filamentos pilosos de sus patas. “A muerte”, dijo Yamesiento. Cuando los alcanzaron, descubrieron que no eran los alien-capullos-quedones, sino los Armstrong, de la familia Armstrong de toda la vida.

Uno de ellos era el abuelo Armstrong, que, como adelantamos hace unos capítulos, acompañó en plena rampa de 11G a Lines en el “Singing in the rain” que, en cachondeo, entonaba.

Poco después, este abuelo Armstrong pagaría cara su osadía ( no porque Lines lo quisiera, sino por la propia gravedad ).

Afrontaban la parte final de la Croix de Fer, cuando arreció la lluvia.  Por si era poco, Lines, comenzó a entonar cánticos locales de exaltación pluviométrica: “Que llueva, que llueva, la virgen de la cuevaaa ...” y acto seguido, tuvo la genial idea de pronunciar una frase profética: “JODER, SOLO FALTA QUE GRANICE”.  Dicho y hecho: comenzaron a caer aerolitos helados del cielo ( vaya mierda de adivino :-). La situación, sino fuese por lo que quedaba, podía ser hasta cómica.

Un último esfuerzo y nuestros aguerridos pedalonautas culminarían la Croix de Fer. Mientras, aliens Galiópolos se daban la vuelta, abandonando, pronunciando la frase: “Bonne courage, dementês!!!”, que, según traducción muy libre de Yamesiento, quiere decir: “Con un par, chiflaos !!!”.

Faltando tres años-luz ( poco antes del desvío al astro Glandon ) Yamesiento, comunica a Lines su intención de adelantarse para sacar una ventaja que compense su diferencia de velocidad descensional, quedando en esperar en los campos gravitatorios nulos, previos a la luna Telgraphina. Acelera su pedalonave y comienza a pasar aliens. Faltando dos años-luz para la cima, observa a otro pedalonauta que avanzaba andando al lado de su nave. Se fija en una mano y observa una cadena estelar ...  ¡Qué mala fortuna! ( esto le hace dar gracias a la providencia por haber roto la suya quince días antes: “Mira que si me llega a pasar aquí” se dice )

Una vez arriba, Yamesiento, optó por lanzarse aprovechando los campos gravitacionales favorables. Lines, paró a reponer líquido ( miedo infundado a quedarse sin él, ya que el clima no favorecía la absorción de líquidos ) aunque, Yamesiento, había aprovechado el aguacero de la ascensión para beber del líquido elemento que le caía por el casco hasta la barbilla.

No obstante, como culminaron a eso de las 10.00, tenían tiempo de sobra ( habían ganado 15 minutos sobre el horario Argenta previsto: aquello marchaba ).

La bajada fué de las que hacen afición. A Lines, le gusta bajar más que a un tonto un caramelo. Sus kilo-bares le ayudaban y, para que negarlo, se maneja con soltura en su pedalonave, fruto de su experiencia anterior en moto-naves.

Los aliens, que ya de por sí suelen bajar despacito, con agua, daban lástima. Y eran peligrosos. Lines, engullió una barrita energética de un bocado y se lanzó “al vacío”.

Pasaba un grupo tras otro, buscando a Yamesiento, que le sacaría unos 5 ó 10 minutos de ventaja. En cada mini-pelotón que pasaba, observaba por el espejo de su casco cómo, uno o dos nibelungos se pegaban a rueda ( ¡qué valientes!, que se estrelle el españolito :-).

Pero bajando y con agua, a “degüello” ( controlando la situación, eso sí ). Un par de tramos desfavorables y se encontraba ya en la larga recta donde, su pedalonave, superaba los 80 nudos estelares por hora ( como había comprobado días antes ). Esta recta, finalizaba en un giro a 90º a derechas, pero que podía tomarse, sin problemas, a más de 60 nudos ( para eso había practicado antes ).

Todo esto reflexionaba cuando se fijó en el retrovisor para ver el grupo de más de quince Nibelungos que le seguían. Lo que pasó entonces no está muy claro. Es cierto que, el antecesor de Lines, clavó los frenos al “comerse” la curva pero algo despistado sí que andaría nuestro “Randy Mamola” ( apodo que le adjudicó uno de los contados gringos que nos encontramos en La Marmotte, tras la demostración de pericia navegante para solventar esta situación  ).

Lines aplicó el ABS a su pedalonave ( a beses freno, a beses no freno ) pero no pudo detener la pedalonave a tiempo.  Clavó, entonces, ambas manetas y se dispuso a “culebrear”.  Y a fe que lo hizo: derrapada trasera hacia el interior, contravolante y derrapada al exterior. Todo ello sin salirse de su carril ( y con mucha suerte, todo hay que decirlo ) quedó situado como en parrilla de salida, con la curva pasada y la recta por delante.

Pistonazo sobre el 52x12 que llevaba metido y salió de la situación como los “pofesionales” ( segunda derecha se abre más, sasar y a rásssss, que diría Luis Moya :-).

Cuando se recuperó un poco del susto, miró por el espejo y vió la cara de “acojone” del Nibelungo más próximo, al “vivir” de cerca lo que había pasado. “¡¡¡Ahí queda eso!!!” se dijo Lines, “para que no me sigáis más”. Y, ciertamente, no lo hicieron ( yo, si fuese detrás de uno así, tampoco lo haría, por eso me adelanto :-).

Mientras tanto, Yamesiento, descendedor irregular donde los haya ( para bajar bien, bien necesita estar alto de pulsaciones o presa de un ataque de furia ) se había quedado pasmado de lo mal que bajaban los alien ( tiene tela que él diga eso )

Pese a ir “esperando” a Lines, se hizo toda la bajada por el carril izquierdo, regresando al derecho cuando no había visibilidad o venía alguna aeronave alienígena de frente.  Pero, no es que tuviera tendencias kamikazes ( que, a veces, las tiene :-) sino que los “guiris” bajaban de a tres y alguno que otro sacaba el pié del pedal en las curvas de herradura ( y el de afuera, para más inri ). Tras un par de sustos, decidió que lo mejor era, bajar por la izquierda y a toda pastilla ...

Al finalizar el descenso, en la última parte de campos gravitacionales intensos, que lanzaban la pedalonave a más de 70 nudos, se topó con una alienígena neerlandesa de gran porte y donosura ( como comprobaría más tarde :-) pero como ella bajaba despacio, dejó para mejor ocasión la labor de relaciones públicas.

Al arribar al pueblo en el que finaliza el descenso, al pasar unos badenes, un alienígena pierde un depósito de combustible líquido y no se le ocurre más que clavar los frenos ( maldiciones y la gente del grupito que lo esquiva como puede )

Una vez pasado el susto y abandonada la localidad, en seguida se van formando grupitos de pedalonaves para defenderse de las ráfagas siderales. Aquí, es la ley del más fuerte: codos y cunetas. Para evitar castigarse e ir recuperando, Yamesiento, se pone a cola, esperando la llegada de Lines.

Llegado al final del descenso, Lines, comió algo y empezó a recuperar plazas para localizar a Yamesiento. Lo divisó entre un grupo de aliens más adelantado, pero como el dios Eolo atizaba de lo lindo, optó por no saltar de golpe a por él, sino ir poco a poco.

Luego, vinieron un par de aliens fornidos y, entre los tres, llegaron a cola del grupo de Yamesiento, donde un par de Walkyrias iban haciendo de las suyas ( esto que lo cuente Yamesiento, que lo vivió en directo ).

Bien, retomemos la historia. Tras formarse los grupos y ver que Lines no aparecía, Yamesiento, decidió ir progresando poco a poco, hasta llegar a uno de cuatro.

Delante, dos Walkyrias de alrededor de 1,80 ( ¡Vaya!  si es la de antes, ¿como es que está aquí? Juraría que no me había pasado, se dice Yamesiento.  Será cosa de las puertas interestelares ... :-)

Les acompañan dos “guardaespaldas”, aunque pronto empieza a dudar que tengan algo que ver con ellas ... pues no les ni dan un relevo.

Las alienígenas nos llevaban a 40 km/h y en vista de la nula colaboración masculina, empiezan por meter cuneta para acabar metiendo bordillo ( Yamesiento, se libró por los pelos pero un italiano que iba justo detrás, se metió un piñazo de impresión, arrastrando a varios pedalonautas en su caída )

Visto lo visto, Yamesiento decide que el mejor lugar era justo a rueda de la Walkyria más alta ( sólo por motivos de seguridad, ¿eh? ;-) 

A rueda y tranquilito, a ver si se mantienen bajas las pulsaciones ( alrededor de 130 )

Pero parece que hoy no toca: la Walkyria empieza a hacer estiramientos de isquiotibiales, echarse la coleta hacia atrás y ... el pulso que comienza a subir ... a esto se le llama “guerra psicológica” ... :-DDD

 Llegamos al inicio del ascenso a la luna Telegraphina y las Walkyrias se detienen.

Parece que Yamesiento habrá de realizar la ascensión en solitario ... no, ahí llega Lines, que se detiene a quitarse el chubasquero ( cosa que ya había hecho Yamesiento en marcha a mitad de bajada, para asombro de alienígenas varios que iban con Windstopper y tiritando ).

Atacaron entonces la torre Telegraphiana.  Iban fenomenal de tiempo. Podían alcanzar la orden Argenta. Por ello subieron regulando, para controlar el desgaste. Subieron la torre sin problemas, quizá ayudados por la espesa niebla que apenas permitía unos cinco metros-luz de visibilidad.

En la ascensión, un terráqueo sevillano charló con ellos.  Iba a un ritmo alegrillo, pero unos metros luz más adelante lo vieron bajo una manta, junto al coche de sus familiares, calentándole ( hay que joderse: una semana aclimatándose a 35 - 40º y la que estaba cayendo! ).

Pasaron del avituallamiento establecido arriba y se lanzaron hasta el asteroide Valloire, al pié de la vía Galiberiana.  Allí, se proveyeron de líquido elemento, comieron algo y comenzaron la subida Galiberiana.

Yamesiento se sentía fuerte y confiado. Lines, sin problemas, medía un poco más el esfuerzo: no quería que por aspirar a Argenta al final no pudiera concluir su misión. Subieron juntos hasta falta de 7 años luz de la cima, donde Yamesiento mantuvo un buen ritmo que Lines dejó ir. Ya no se verían hasta el final.

Lines observaba el entorno mientras subía, duro, pero tranquilo y fácil. La tormenta estelar descargaba fuertes oleadas eólicas, que dificultaban el avance. Las nebulosas avanzaban a ras de suelo.  Las pedalonaves no se distinguían a más de tres metros luz.

De nuevo lloviznaba, pero a esas alturas ya se trataba de agua-nieve.  De hecho en los últimos tres años luz, Lines hubo de pararse a colocarse el protector anti-lluvia estelar, pues el frío era intenso y las finas gotas parecían agujas en sus brazos.

Yamesiento, se había adelantado a partir de Plan Lachat, la parte más dura de la ascensión a la luna Galiberiana, para adquirir una renta respecto a Lines para el largo descenso que les esperaba, pero parece ser que se precipitó un poco y sacó más diferencia de la necesaria.

A partir de los 2.000 ya se dejaba sentir el frío que unido al agua-nieve, rodeó los folículos pilosos de sus extremidades de una sustancia blanquecina conocida en la Tierra como escarcha ( ¿será en verdad buena idea el depilarse y darse cremitas protectoras? se preguntaba Yamesiento )

A la ya de por sí dura ascensión, se unían unas ráfagas siderales intensas que hacían que los pedalonautas fueran unos a rueda de otros ( recordaba la ascensión al Ventoux del pasado Tour ) con lo que Yamesiento iba saltando de grupito en grupito, llevándose a un par de aliens a rueda.

Poco a poco, se van acercando la cima. El aliento de las respiraciones de los pedalonautas les asemeja a dragones, pero de hielo. En el último kilómetro, atasco de vehículos, que afortunadamente se solventa sin pié a tierra. Al ver este panorama, Yamesiento decide continuar sin detenerse, confiando que, más abajo, el frío no sería tan intenso. “Ya me pondré el protector anti-lluvia en el Lautaret” se dijo.

Al adquirir velocidad la sensación de frío era casi indescriptible: le costaba respirar ( como cuando estando en la playa o piscina un día de tórrido calor te das una ducha de agua helada ) y hasta poder apretar las palancas de freno.

No se sabe si por esto o porque había casi perdido la consciencia, fué adelantando alienígenas sin parar, salvo uno con pinta de Vikingo, ataviado con Windstopper que, tiritando, le cogió rueda.

Al pasar a unos Galiópolos y ver éstos que bajaba a pelo ( traje sideral de manga corta ) no pudieron evitar lanzarle una exclamación ( al más puro estilo de Lines con su CADAVERES ): “C’EST FOU, C’EST FOU”.

Pero volvamos con Lines, al que habíamos dejado en los últimos kilómetros de ascensión, dónde se había detenido a ponerse la capa anti-lluvia.

Lines, coronó la via Galbieriana con más dificultad de la prevista, no por los campos gravitacionales adversos, curiosamente, sino por las aeronaves que estaban estacionadas en medio del camino impidiendo el paso.

Las pedalonaves, cruzaban en fila de a una entre la maraña metálica. Otro bocado a la barrita energética y hacia abajo.  La meta estaba cerca y el tiempo era suficiente. Eso, el cronométrico, porque el climatológico era frío que te cagas.

De hecho en los primeros años luz de descenso los dedos se adherían a las manetas de freno por la congelación.  Avance de 52x12, a pedalear y hacia abajo a muerte.

Otra vez en los campos gravitacionales favorables, Lines, rebasaba aliens sin parar. Su meta era llegar al pié de la luna D’huez antes de las 16:00, para disponer de 1:40 micro-eones para ascenderla.

Yamesiento, continuó Lautaret abajo sin ponerse la capa anti-lluvia ( “Si me detengo, no arranco” pensaba )

Al atravesar la sucesión de agujeros negros ( túneles ) recobraba algo de temperatura y podía respirar un poco, pero a la salida, recibía una gélida bofetada que le dejaba peor que antes.

Así continuó hasta que llegó a una zona de gravedad nula, donde habían algunas ráfagas siderales contrarias.  Tras tirar un tramo del vikingo gorrón, al no pasar éste al relevo, decidió dejar de pedalear. Para su sorpresa, el otro siguió a rueda. Menos mal que, en menos de un minuto, apareció “il treno” ( un grupo de alien italianos que iban como motos )

Yamesiento, cogió rueda y empezo a ingerir algo de comida. Cuando se estaba acercando al desvío a la luna de Deux Alpes, en una zona de ligero campo gravitacional ascensional, divisó la aeronave Laguna: eran Faco-ido ( quién se había retirado en La Croix de Fer ) y Noescuesta, que le ofrecían comida.

“Algo caliente” exclamó Yamesiento. Esta solicitud unida a la carita que llevaría, hizo que Faco-ido ( al que había sometido a múltiples burlas Yamesiento por ser un friolero impenitente ) pusiera una cara de pasmo, que ni viendo a un fantasma oye.

Ya estamos en los campos gravitacionales nulos, previos a la luna de Huez. Yamesiento va a rueda en un grupito y observa por su retrovisor a la aeronave Laguna que se acerca. Bajan una ventanilla y allí asoma Noescuesta que le ofrece ... un CROISSANT ... !!!@# “POLVORONES, no te jode” responde Yamesiento. Lo que faltaba, congelado y deshidratado, le ofrecen un croissant ???

 “Pero si está muy bueno” le dicen desde el coche ... Yamesiento empieza a dudar y no sabe si el apajarado es él o el equipo de apoyo ... :-D

 Yamesiento se termina la barrita que le quedaba y bebe medio bidón ( total, subiendo al Alpe, no sería capaz de comer y apenas beber )

 Llega al pié del Alpe y todo el grupo se detiene en el avituallamiento. Allí, están Faco-Ido y Noescuesta, que vuelven a ofrecerle comida, pero Yamesiento, decide aprovechar la adrenalina de su frío descenso y tirar para arriba. 

Volvamos con Lines, éste arribó a Bourg D’Oisans a eso de las 15:25 ( Yamesiento lo había hecho cerca de las 15:15 ) Allí, le esperaban Faco-Ido y Noescuesta, por si deseaba algo. Pero para entonces, Lines, estaba pletórico.  Se veía finalizando la ruta antes de lo esperado y sin apenas dificultades. Por ello, aprovechó el aprovisionamiento del pié D’Huez para darse un homenaje. Un par de plátanos, un pastelito, recoger el anti-lluvia estelar y a disfrutar con la subida.

Ni en sus mejores sueños esperaba encontrarse así al final.  Cierto que podía haber ido más rápido ( quizá, otro intento en años posteriores será más duro, si desea bajar su tiempo ) pero su ambición, este año, estaba más que cumplida.  Disfrutó con las duras rampas finales, con una climatología más favorable, saludando a los nativos al pasar, chocando manos con los diminutos infantes Galiópolos que flanqueaban los bordes del camino.

Poco a poco, sin apenas esfuerzo, alcanzó la cima D’Huez.  Eran algo menos de las 17. Había invertido menos de 9 horas y media en el recorrido. Quizá, podría haber sido menos, pero desde luego no tan “descansado”. Llegó feliz a la Meta, donde tuvo que esperar 20 minutos a que su chip fuese registrado “de viva voz” en el ordenador de control ( menudo nivel, Maribel, que diría Faco-Ido ).

Más allá estaban: Yamesiento ( 9 horas ) Ido y Noescuesta.  Yamesiento, estaba todavía moradito de frío. Había descendido, el muy bruto, desde la vía Galiberiana a “pelo”, sin el anti-lluvia puesto.  De hecho, tardó más de tres cuartos de hora, bajo una ducha de agua caliente, en reaccionar.

Retrocedamos al inicio de ascensión de Yamesiento al Alpe. Ya desde abajo, quizá debido al subidón de adrenalina del descenso “a pelo” del Galibier ( de hecho, en algunos momentos, sólo pensaba en llegar con vida abajo ) se encontró pletórico. Subió entre 10 y 11 nudos estelares, alternando el 39x26 en bailón con el 39x30, sentado a molinillo. Nada más pasar el segundo pueblo de la ascensión, se encontraban alienígenas de la organización, ofreciendo botellas de agua. Decidió tomar una para refrescarse y HORROR, se trataba de Perrier con gas.  Busco un infante entre el público y le dió la botella ante su alborozo.

Poco más arriba, al pasar a uno de los aliens, observó su dorsal ... era el 8, un pedalonauta-pedigree!  ( sin duda, víctima de un feroz ataque de la voraz criatura Pajarónibum, que anida por estos lares )

Así continuó hasta, que faltando un par de años-luz para meta, divisó en la cuneta ... al cachas del vecino vikingo, haciendo estiramientos ... JE,JE

Entrada a la luna D’Huez y un holandés que se empeña en echar un pulso ... pues nada, plato y sprint ... como los de verdad ... :-D

Llegada a meta apretando los dientes ... y frenazo en seco, pues en meta había una muralla de aliens, haciendo cola por una avería en los dispositivos de control de tiempos ( si esto pasa en la Tierra, nos llaman tercermundistas, seguro ) 

Allí, tras quince minutos de espera, divisó a Faco-Ido y Noescuesta, acompañados del ciclolistero Eduardo Ríos ( enhorabuena, Eduardo ) que había llegado hacía diez minutos. Menos mal, que, por una vez y sin que sirva de precedente, nuestro “jefe” Faco-Ido, tuvo una feliz idea y me espera con un forro polar, para mitigar el intenso frío que me corroía por dentro.

Allí, me enteré de que me habían faltado 13 minutos para la orden Aúrea ... quizá si hubiera apretado algo más ... pero lo que me dejó un regusto amargo, fué el no haber esperado a Lines, para coronar juntos la ascensión al Alpe, a imagen y semejanza de Lemond e Hinault. La verdad, no sé porqué no le esperé ... esto habré de compensárselo con creces.


Tan sólo un dato más: cuando Lines llegó al campamento base, Yamesiento, salió medio-morado / medio-normal, pero tiritando, de la ducha para que, aquel, entrara. Como Lines estaba bien, sin frío, le dijo que volviese a entrar hasta que cogiera “color”.

Mientras, le preparó una sopita caliente. Lo cachondo del tema es que Lines pasó más frío en la ducha ( Yamesiento se acabó toda el agua caliente ) que en la cima Galiberiana ... :-)

( Desagradecido que es uno ... :-D )

En fin, que concluyeron su aventura dichosos de finalizar la prueba, y encima con un buen crono para sus aspiraciones iniciales.  Las puyas que siguieron en la estación orbital de Bourg D’Oisans con los globeros-pro que, luego, no resultaron ser tan fieros, que las relate Yamesiento, ya que él se encargó de publicar en la estación que “No es tan fiero el León como Lupinten”, tal y como decimos en Asturias.

Eso fue lo más reconfortante. Tras lograr entrar en calor, me dirigí en busca del los neerlandeses que nos habían vacilado el día anterior.

“¿Que tal? ¿Qué tiempo habéis hecho?” les preguntó.

Me miran con una cara como diciendo, ¿qué hará este aquí? Debería estar todavía subiendo al Alpe.

“8:45” me responden.

Ah! Pues yo hice 9:02. Se quedan medio de piedra.

“¿Y tus amigos?” me dicen.

El “gordito”, 9:32. Los otros no finalizaron.

Las caras les llegan al suelo. Uno acierta a reaccionar y me comenta “En la Tierra, competirás ¿no?”

Pese a que la insinuación hace que crezca veinte centimetros-luz por lo menos, le respondo que no, que sólo hace tres años que tengo bici ( esto les termina de desarbolar ... hay rumores que dicen que cambiaron sus bicis Colnago por un billete de autobús para regresar a su planeta :-DDDD )

Ya sé que no está bien regodearse en la “victoria” pero es que su vacile del día anterior ( y durante casi toda la semana, que nos miraban todos con desprecio ) nos había llegado al alma.

Eso es todo amigos. Gracias por seguir, hasta aquí, nuestras aventuras siderales. Encantados de compartirlas con vosotros.

Un saludo de los navegantes siderales del norte, primos para más señas ... :-)

Fin de la Odisea.

PD: Quizá me anime a una versión “seria” de La Marmotte, más detallada, más “ciclista”; con kilómetros, medias, desarrollos, consejos ... pero preferimos hacer las crónicas de este modo, porque, lo otro, está muy visto.

Comentarios

No hay comentarios, sea el primero en enviar uno.

Enviar comentario

Nombre (obligatorio)

Email (obligatorio)

Sitio Web

Imagen CAPTCHA
Escriba el código mostrado más arriba: