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  • Alpes 2001

Preparativos y llegada a la base

La experiencia de ciertos integrantes de la expedición facilitó la labor organizativa. Javier “atopeenlassubidas” Murillo, indicó que se podía repetir aquel camping al pie del Alpe D’Huez del año 1998.

Antonio “nomesiento” Alvarez ( que explique él, si quiere, el porqué del mote :-) comenzó las gestiones por si, a la ida, nos coincidían las fechas, hacer una parada en Carpentras para subir el Mont Ventoux.

Aclararé lo del mote, se trata de un problema que debería sufrir en silencio ( como diría un anuncio de pomada :-) y nada compatible con esto de la bicicleta ( para gente que no vea TVE, me refiero a una crisis hemorroidal ). Pero, basta de lloros, que quién soy yo para quejarme con la de enfermedades graves que padece mucha gente.  Además, espero solucionarlo a final de esta temporada mediante operación quirúrgica.

Luis “inflas” Velasco ( inflas, como gord-inflas ) se limitaba a mirar, incrédulo, sus michelines que debería arrastrar por esos puertos de Dios.

Faco “lero” ( lero, como frío-lero ) estaba contento, porque le iba a meter por el alma, a ciertos “culogordosrodadores”, unos ataques en los puertos que se iban a enterar ...

Así pasaban poco a poco las fechas. Se concreta el camping, “Le Colporteur”, en Bourg D’Oisans, justo al comienzo de la subida al Alpe.

Lástima que al ser el alquiler del “chalet” ( casa de madera prefabricada ) de sábado a sábado, dejemos el Mont Ventoux para otra vez ( porque subirlo después de La Marmotte puede dar la risa :-) También ayudó que el encargado de la reserva, Antonio, se despistó un pelín y cuando quiso ponerse manos a la obra, no había plazas libres por coincidir con una fiesta local.

El servicio de logística empieza a funcionar a todo trapo:

www.michelin.es suministra los mapas, rutas y peajes.  Luego, búsqueda de puertos de la zona en unos libros de nomesiento para escanear sus perfiles y así confeccionar las etapas.

Lamentablemente, a gord-inflas le toca escanearse los perfiles, con lo que se dejó media moral por debajo de los tobillos y ciertos complementos genitales por encima del nudo de la corbata, pensando cómo leches subiría todo eso ...

La fecha se acerca. Una reunión “asturiana” de “atopeenlassubidas”, “nomesiento” e “inflas” para concretar la comida ( que a la postre ocuparía más que las propias bicicletas. Esto explica, por ejemplo, que dos años antes, dos de estos interfectos se viniesen de la París - Brest pesando más que cuando se fueron, tras hacerse más de 1.250 kms en menos de 80 horas ;-).

Sigue la logística e “inflas”, al ser bancario que no banquero, se encarga de la moneda de curso legal francesa ( aunque sólo un poco, como veremos más adelante ).

Revisiones a las bicicletas, últimos nervios y ya llegamos al día antes de la partida.

Viernes, 29 de junio. 16:00 horas.

"Inflas" llega a su domicilio. Su mujer le observa con cara de preocupación. “Tengo que darte malas noticias” le espeta.

A “inflas” se le caen dos de sus tropecientos michelines al suelo:

Javier “atopeenlassubidas” no puede venir porque el curro le retiene en Oviedo esa semana ( joder, tanta planificación y se va a tomar pol saco en dos minutos );

Antonio “nomesiento” hace honor a su mote y está muy delicado “de lo suyo” ( que lo explique él si quiere, de nuevo os digo ).

Ya es casualidad, Javier se temía el problema pero esperaba que se solucionara y le dan la mala noticia el último día. Y por mi parte, el jueves por la mañana estaba perfectamente, a la tarde empezó a ponerse feo el asunto y el viernes me levanté fatal ...

Inflas se medio des-infla ante las adversidades. Febriles llamadas, reajustes, consultas con Houston-tenemos-un-problema, pero al final se echan p’alante: se han comprometido a que la “Croix de Fer” no mate al hombre, y a fe que no lo hará. Así que a las cinco de la mañana, las dos naves espaciales con destino a lo desconocido parten de Oviedo y Madrid.

De hecho, si me decidí a ir en esas condiciones ( no podía casi ni andar, parecía a Chiquito de la Calzada ) era para cerrar algunas bocas que decían que no acabaríamos La Marmotte.

Sábado 30 de junio, 8:15 horas.

La nave nodriza uno, procedente de Oviedo arriba a la frontera. Carga combustible ante el “hachazo” económico que se prevee allende los Pirineos y llama a la nave dos, para ponerse de acuerdo en el lugar de “enganche” y hacer el resto de viaje juntos.

Resultado: tras tres llamadas, consigo escuchar la radio, las conversaciones de los tripulantes, pero somos incapaces de comunicarnos; Motivo: el comandate Faco - lero se ha olvidado que tiene el “pinganillo” sobre el aireador del salpicadero y no oye ni papa de los gritos que le estamos pegando.

Tras desistir de contactar, nos lanzamos a la aventura.

Cruzamos la frontera, y llegamos al primer “campo de meteoritos”: pagar el peaje. Buscamos en el sobre donde esta la moneda estelar ( lease francos ) con la que pagar y ... observamos atónitos las bonitas notas que mi hijo de siete años ha obtenido este curso: expresión corporal: muy bien superado; conociemiento del medio: muy bien superado ... PERO, NI UN PUÑETERO FRANCO. Las muecas se suceden, la incredulidad da paso al cabreo y a “inflas” se le suben los michelines a la chepa de la mala leche que se pone. Se ha pegado el cambiazo del sobre de la moneda por el de las notas del colegio, hay que joderse ... Menos mal que “nomesiento” ya tenía los francos que “inflas” le había dado en Oviedo y con eso iban tirando. Pues si que empezamos bien ... Menudo carrerón .... Más llamadas y tras hora y pico de viaje, subsanado con la mágica tarjeta de crédito, “nomesiento” empieza a recochinearse leyendo en voz alta de nuevo las notas ... Pero el destino es sabio y más tarde pagará “con lo suyo” el escarnio cometido sobre el pobre “inflas”.

Simplemente, decir que “nomesiento” ya venía pagando desde la salida ( doce horas de coche en su estado le hacían reírse por no llorar ).

Llegamos al punto de encuentro (Aire de Narbonne. Hay que fastidiarse, el montón de aires distintos que tienen los franceses, uno por cada “área” de servicio de la autopista. Menos mal que uno sabe idiomas, pero poco :-).

Dos intentos de comunicaciones más y la diosa fortuna sonríe por una vez a los aguerridos viajeros: el comandante Faco-lero oye tenues voces en su nave, que achaca a interferencias en la radio, cuando la realidad era el Gord-Inflas matándose a voces por el pinganillo de su manos libres colgado del salpicadero. Contactan por fin ambas naves, se avituallan, comentan las anécdotas varias surgidas hasta el momento y sin apenas incidencias (aparte que “nomesiento” ya está “muy tocado de lo suyo”, la nave uno casi se queda sin combustible y que, en la gasolinera, no tienen parada automática en el surtidor y se salen dos litros de combustible al suelo, que por seguir el mapa nos salimos dos veces del camino corto y que ...) bueno, pues que llegan a buen fin, leches, que llevo una pila de líneas y aún no ha aparecido la bici por ningún sitio ...

Por aquello de seguir la racha, llegamos al camping, que está lleno de “Nibelungos”, “Vikingos” y demás tribus bárbaras del norte (o sea, holandeses, daneses, belgas, alemanes, austriacos, suizos y algún inglés ).  También hay que decir que había alguna Walkyria que otra, por lo general con guardaespaldas ( de ahí la solicitud de Faco de un diccionario de holandés en nuestro mensaje desde los Alpes ;-)

Cuatro españolitos ante los “bigardos” del norte. Nos ubican en un “chalet” muy mono, prefabricado, pero bonito. Algoritmos complejos para conseguir ubicar todas las viandas que llevamos. Nos acostamos y al día siguiente recolocamos el “tinglado”. Nos fuimos a andar en bici ( eso lo contamos en otro capítulo, que éste es el de las anécdotas ).

Después de dos horas colocando, cuando nos íbamos a la piscina para que “nomesiento” consiga refrescarse, nos informan que nos han dado el chalet equivocado.

Ya decía yo que era mucha suerte ... viajecitos en bici, cachondeos varios ( ver a alguien en bici con doce huevos en la mano a ver si se cae o no da mucha risa ). Medio camping pendiente de los españolitos, risas y tal. Al final, nos reubicamos, conseguimos colocar los trastos y cuando nos dirigimos a la piscina ... nos comunican que ya estaba cerrada ( eran las siete y cinco ).

Al día siguiente, también fueron los aguerridos viajeros a la piscina, pero no los dejaron bañarse por no llevar “slip” ( ¿habría que marcar paquete para bañarse?). Malos augurios en la logística, debían hacernos presagiar lo que posteriormente pasó.

En fín, dejemos los “entremeses” y pasemos a los platos principales.  En nuestro siguiente comunicado hablaremos de las marchas en sí, los puertos, las subidas y lo que haya menester.

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