¡Habrá cuatro gatos. Les saludo y me vuelvo!. Eso es lo que iba pensando camino de la Plaza de la Vicalvarada donde se iniciaba la clasificación para la próxima Paris-Brest-Paris. La ilusión de las semanas anteriores, esperando que llegara este día, había sucumbido ante el pronóstico del tiempo y ante el recuerdo de la causas por las que alguien bautizo como “cicloremojones” esto de los brevets que un dia dieron en llamarse oficialmente ciclomaratones.
¿Cuatro gatos?. ¡Unos 60 gatos andaban por allí a la espera de la salida!. ¡Que digo gatos!. ¡Como van a ser gatos si todo el mundo sabe aquello de que “el gato del agua fría huye!. Mas bien éramos una mezcla entre “aguerridos randonneurs/ciclistas del ala radical anfibia”, incrédulos seguidores del amigo Maldonado, “el del tiempo” y algún que otro aprendiz de renacuajo.
Nada mas llegar y mientras estoy saludando al amigo Pedro Verzier, quien afrontatambién esta temporada con la ilusión de antaño, alguien me da firmar la “hoja de exención de responsabilidades”. No puedo evitar pensar y hacer el chiste ese de si un día como hoy se puede realmente eximir de responsabilidades a alguien ya que con la que parece que nos va a caer a alguien habrá que echarle la culpa. Por supuesto, si hay que firmar, se firma y que sea lo que Dios quiera. Saludo a viejos conocidos y conozco a viejos “desconocidos”. En especial tengo la oportunidad de conocer en persona a Jose A. Jimenez empeñado en enviar su posición a Facebook, no tengo muy claro si por aquello de probar nuevas tecnologías o para utilizar la evidencia que tenia mas a mano para demostrar a su pareja que había ido donde le había dicho ante el típico comentario que suelen hacer las parejas: ¡Tu estas tonto¡. ¿Dónde vas con la que esta cayendo?. Poco después saludo a quien a lo largo del recorrido seria mi pareja de baile quien al salir de casa había tenido que decidir entre el traje de buzo y el de pescador y eligió este ultimo, lo cual después del susto inicial ya me dio cierta tranquilidad. ¡Parece que al final no iba a ser para tanto!. Tras los gritos, anunciando la salida, del amigo “salmonete” cuyo apodo en esta ocasión inconscientemente lo asocio mas al conocido pez que a los canticos que lo han hecho popular entre el pelotón, iniciamos la salida.
Enseguida empieza a llover. ¡Que casualidad!. ¡Ni nos lo esperábamos!. Llegando a La Poveda ya se escuchan conversaciones y referencias a la estación del tren, la línea a la que pertenece y lo mejor comunicado que esta con el domicilio de unos y otros. ¡Eso se llama fuerza de voluntad!.
El amigo Fran Vacas que se va y en lo que a mi se refiere, para no volver, ya que no hubo mas oportunidad de verlo en todo el recorrido. A buen ritmo vamos “liqüi-dando” kilómetros mientras que seguimos con saludos y nuevos conocimientos. Aunque las circunstancias – quiero decir el agua ya que es la única circunstancia destacable - dan para poca conversación, esta vez me toca conocer a Alex Quiterio, artífice, desconozco si “solo o en compañía de otros” de www.redciclista.com.
Poco después el “Capitán Pescanova”, que es como bautizaría definitivamente a mi compañero, debe de atender necesidades fisiológicas, imagino que liquidas, ya que no cabe otra opción en estas circunstancias, por lo que pido reducir el ritmo del grupo. Los chicos del BOSH, quienes llevaban el trabajo de tirar del grupo, demuestran que además de mas fuertes que los tornillos de un submarino, son solidarios y obedientes y reducen el ritmo, dándole así al Pescanova la oportunidad de buscársela entre tanto plástico y dándome a mi la oportunidad de disfrutar de un ritmo mas adecuado a mi “in-capacidad física”. Aprovechando las circunstancias otros se unen confiados a la fiesta meona aunque como suele ocurrir en estos casos el ritmo se va acelerando nuevamente.
Poco antes de llegar a Aranjuez el agua da una tregua y no se nos ocurre otra cosa que empezar a cambiar agua por frio. Suerte que la subida a la Meseta de Ocaña nos haría entrar en calor e incluso llegar a pensar que llegábamos secos alprimer control situado en Huerta de Valdecarabanos. Nada mas lejos de la realidad. Secos parece que íbamos pero al quitarnos guantes, chaquetas y demás prendas comprobamos que su peso no tiene nada que ver con el original. ¡Que se lo pregunten al del Bar que seguro que al marcharnos no encontró fregonas en todo Huerta para poder achicar el agua!. Posiblemente por miedo a quedarnosfrios renunciamos al desayuno habitual y nos limitamos a tomar un cafetito y salir, ya definitivamente en varios grupos. En este caso el Pescanova y yo formamos grupo “bipersonal” camino de Ocaña.
Llegando a Noblejas nos alcanzan unos pocos despistaos que desconocían la ruta. Ejercemos de veteranos randonneurs y hacemos de anfitriones del grupo.
Pasado Colmenar de Oreja y cuando andábamos esperando para reagrupar tras la subida, pasan dos ribereños (Gentilicio de Aranjuez) como cohetes, aprovechando el conocimiento del terreno y por supuesto las fuerzas que no parecían faltarles. Como la cabra tira al monte y de vez en cuando uno entra en situación de enajenación mental, allá que me voy con ellos dejando al Pescanova a cargo del resto del pescao. Entre relevos y tirones nos presentamos en San Martin de La Vega donde retomamos el espíritu randonneur y a la llegada del Capitan, nosdisponemos a hacer un avituallamiento como marcan los canones. El resto de componentes del grupo aunque también hacen una parada mas tranquila, desisten ante la espera y deciden iniciar la marcha, cuando empezábamos con el café.
Poco después proseguimos camino mientras el agua comienza de nuevo a hacerse presente. Quizás llevado por el subconsciente el Pescanova no tiene otro motivo de conversación que hacer referencia a un colega pescador naufrago de la Gomera que había sido rescatado tras remar doce horas. ¡Joder, que no va a ser para tanto! Y si tuviese que ser ¿Dónde se colocan los remos en la bici?. Poco apoco, con buena conversación y animo alcanzamos definitivamente el Bar de la Escopeta donde apuramos las ultimas cervezas mientras que esperamos otros amigos que poco a poco van llegando.
Finalmente regreso a casa empapado de agua pero empapado también de ilusión por recuperar las sensaciones de disfrutar de nuevo de la buena compañía, de los viejos amigos pero también de tener la oportunidad de conocer y disfrutar con quienes queráis uniros a esto y acompañarnos en estas randonneuraventuras. En definitiva empapado de ilusión de volver a disfrutar de la compañía de todos vosotros. ¡Estamos en el buen camino!