Probablemente coincidiréis conmigo en que, tópicos aparte, los japoneses se nos parecen poco. Una de las primeras marcas de motor del mundo, Honda, anunció hace meses un simulador de bicicleta, que deberá ponerse en venta muy pronto.
El objetivo del invento no es recrear la práctica ciclista los días de frío y lluvia, como los simuladores deportivos que ya conocemos. Es más parecido a los simuladores de aviación, ferrocarril o vehículos pesados, dirigidos a profesionales. La idea es que el aprendiz de ciclista conozca y domine la circulación vial, la señalización y, sobre todo, aprenda a evaluar y evitar los riesgos a los que se expone.
Parece ser que, según Honda, el 70% de los accidentes que involucran bicicletas son debidos a infracciones de las normativas de tráfico. Algunos estamos hartos de ver cómo compañeros nuestros se saltan semáforos o invaden más tramo de calzada que el que la prudencia recomienda. Pero también lo estamos de conductores de vehículos de motor que se saltan un par de normas básicas de protección para el ciclista: respetar la distancia de seguridad y no adelantar frente a un ciclista. Hay que reforzar la educación vial de quien va a obtener un permiso de conducción, pero también de quien lo tiene, y de quien conduce sin necesitarlo, como los ciclistas.
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